La superpoblación mundial, las limitaciones de tierra cultivable y los efectos adversos del cambio climático son los grandes desafíos para asegurar el acceso a la alimentación. Solo la agricultura sostenible les puede dar respuesta. Compañías clave en la producción agrícola como Bayer la ha incardinado ya en su desarrollo de negocio.
Hambre cero. Asegurar el acceso a todas las personas a una alimentación suficiente, nutritiva y saludable, y agua potable durante todo el año, en especial a aquellas inmersas en la pobreza y con situaciones vulnerables.
Preservar los ecosistemas naturales terrestres y marinos, y conservar la biodiversidad. Son propósitos de cara a 2030 que figuran en la nueva agenda de desarrollo sostenible de Naciones Unidas para acabar con la pobreza, proteger el planeta y garantizar prosperidad a sus habitantes.
Pero la agricultura, que desde 1960 ha vivido su 'revolución verde' gracias a la incorporación de nuevas variedades de semillas, fertilizantes, protección de cultivos, mecanización y técnicas de regadío, se está convirtiendo en una actividad estratégica para conseguir estos propósitos.
"Los grandes retos a los que se enfrenta la agricultura para alimentar a unos 10.000 millones de personas que poblarán el mundo en 2050 son aumentar los rendimientos agrícolas ante una mayor demanda de alimentos, que se calcula que se incrementará un 60%", indica Pilar Masip, responsable de Agricultura Sostenible de Bayer.
Todos los expertos en la materia coinciden que no va a ser fácil, fundamentalmente por dos motivos que juegan en contra. Uno es la limitación de tierra cultivable. "Ya no hay más, e incluso se prevé su descenso", añade Pilar Masip. En los últimos 40 años, la tierra cultivable en todo el mundo ha caído en torno a un 40%, en términos per cápita.
Justo cuando se sentaron las bases de los métodos modernos de producción agrícola de la mano del ingeniero agrónomo estadounidense Norman Borlaug, un agricultor podía alimentar a 17 personas. En pleno incremento de la productividad daba de comer a 69 (1990) y a las puertas de la transformación digital de la agricultura, a más de 150 personas (2015).
"Durante todo este tiempo, los agricultores han aumentado constantemente sus rendimientos. Sin embargo, las medidas que han utilizado para lograr este crecimiento están llegando a sus límites", recalca la responsable de Agricultura Sostenible de Bayer.
La segunda gran causa que colabora en detrimento de "la falta de suelo agrícola», se debe a los efectos adversos del cambio climático. Sus episodios extremos de sequía y lluvias torrenciales alteran la viabilidad de los cultivos, "incluso no solo para poder aumentar las producciones, sino también para mantener los rendimientos", señala Pilar Masip. "Además, cada vez más acusados fenómenos meteorológicos asociados al cambio climático, como la escasez de recursos como el agua, las pérdidas de suelo fértil, emisiones de CO2, etc., están provocando nuevas enfermedades y plagas en los cultivos", comenta. Incluso esta expansión se abre camino en áreas agrícolas que eran inmunes a su impacto.
El hostigamiento del clima y la falta de recursos naturales acentúan las migraciones. Del campo a la ciudad por ejemplo. Dos tercios de la población mundial vivirán en ciudades hacia el año 2050. El medio rural pierde atractivo para ganarse la vida. La media de edad de los agricultores está en torno a 55-60 años. Los precios percibidos por sus productos se encuentra a niveles mínimos desde hace un lustro.
El compromiso por la seguridad alimentaria no es una tarea atomizada. Los gobiernos, los agricultores, las empresas proveedoras de insumos y servicios agrícolas y la sociedad civil se necesitan para abordar juntos el desafío más acuciante en el devenir del siglo XXI. Unos se detienen en generalidades y principios básicos, otros avanzan ya con iniciativas específicas. Es el caso de Bayer.
Transcurría el año 2002. Las principales empresas de la cadena de valor agroalimentaria a nivel mundial crearon, sin ánimo de lucro, la Plataforma de la Iniciativa para la Agricultura Sostenible. Se encontraban Nestlé, Unilever y Danone.
En la actualidad, se ha abierto el abanico hasta 90 miembros (Coca-Cola, Ebro, Hero, Ferrero, Pepsico, Unilever, Kellogg’s, Heineken, McCain, Tesco, etc.). El objetivo es facilitar el intercambio de conocimiento sobre las mejores prácticas agrícolas sostenibles.
A nivel del agricultor, "Bayer lleva implicándose en la aplicación de un modelo sostenible, que es económicamente viable, medioambientalmente responsable y socialmente aceptable", define su responsable de Agricultura Sostenible.
Uno de los líderes globales en semillas, protección de cultivos y digitalización agrícola cree que asociarse y trabajar conjuntamente con sus millones de clientes agricultores en el mundo apoyando la incorporación de prácticas sostenibles garantiza la seguridad alimentaria.
"Optimizamos los recursos naturales, integrando el uso de herramientas y tecnologías", cuenta Pilar. Un ejemplo es la agricultura digital, "que contribuirá a reducir pérdidas en cultivos y a incrementar el rendimiento hasta un 25%", manifiesta Pablo García-Nieto, responsable de Agricultura Digital de Bayer Iberia. La digitalización es otra arma a favor de la sostenibilidad para disminuir el impacto en el medio ambiente de los tratamientos para proteger el cultivo: aplicar lo mínimo, pero tanto como sea necesario.
"Las herramientas digitales son muy útiles, simplifican la información para una gestión eficiente de la explotación y permiten una mayor comodidad mediante la toma de decisiones remotas, ágiles y online", según García-Nieto. En definitiva, mejora la calidad de vida del agricultor.